Todo puede cambiar de un dia a otro, una llamada... una palabra. Es consecuencia cada movimiento y expresión. Si pudiese crear una historia, aunque fuese repetido y aburrido, sería de amor. En cada ser existe el deseo de amar. No solo hacia otras personas, amor al odio, a la guerra, a la pornografía, comida, viajes, lámparas, muñecos, colecciones. No hay limite, y por eso es tan dificil pensar en qué puede envolver a los demás. Claramente suponer envolver a todos, sería algo casi casi imposible por no decir que seria lo más imposible del mundo.
-Estabamos conversando por teléfono durante horas, soñando sobre esa montaña mágica, donde queriamos vivir, olvidar nos de las reglas sociales y religiosas, para poder desnudarnos entre hojas de árbol y manantiales de vida eterna... Un día vino hacia mi, con dos maletas y una sonrisa. Los cuchillos cruzaban mi alma, yo le abrazaba como si la divinidad hubiese tocado mis pechos. Mi piel erizada, mi entrepiernas deseándolo, mis labios acariciándole. El si sabia de lo que mis ojos estaban hechos, y sus espejos yo podia ver, no eran figuras lejanas a mi mundo. Comenzamos andar en la calle gris de cualquier ciudad, no importaba. Era una calle gris, sin automóviles, sin peatones, sin viento ni susurros. Al final de éste, habia un puente. Podiamos creer en la gravedad o no. No creímos y lanzamos nuestras almas. Bajo bajo, cayendo, gritando... de la mano, siempre de la mano. No explotaban nuestras cabezas al final. No vino un tornado que nos separase. No. Seguimos ahí, cayendo. Aveces caímos en vertical otras en horizontal, algunas de derecha a izquierda... otras de cabeza. Siempre era así y nos divertia. Encontrabamos fabulosas historias en el camino, increibles figuras de cristal y barro. Nos besamos, nos amamos. Nunca pensamos hasta donde llegaria este puente, este túnel... este viaje. Una vez, yo le dije todo lo que en una nube podrías imaginar.-
Para Nicolás